Paz


Suele llegar después de una gran tormenta... Algunas veces nos llena durante la tribulación... Y otras... Cuando ya vivimos con ella dentro, no desaparece ni antes, ni durante, ni después de la angustia.


Uno de los frutos que nos da el Espíritu que más disfruto... Sentir cómo mi alma se aquieta y se calla para recibir y obedecer... Dejarse ser guiada y alineada por el Santo Espíritu de Dios...

Cuando la paz nos llena podemos llegar a parecer inconmovibles, desconectados con nuestras emociones, y en ocasiones hasta inadaptados o desubicados, cuando el contexto pareciera no propiciar la Paz que sentimos...
Pero como hijos de Dios, no debemos dejar que las circunstancias definan nuestro estado... Somos y seremos hijos de Dios en todo momento y lugar, y sin duda su Espíritu es con nosotros siempre, así mismo, su gozo, su paz, su amor, su paciencia estarán de continuo en nuestro corazón....

1 comentario:

  1. Considero que la paciencia es un gran fruto del espíritu, nos ayuda en tomar decisiones, lo cual es muy importante, me gusto mucho eso de que no dejáramos que las circunstancias definan nuestros estados. Creo que si algo tenemos debemos tenerlo siempre en cualquier lugar, saludos Nicson! Bndiciones!! de tu compañero Tejerina

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